sábado, 4 de mayo de 2013

La Educación Ambiental y la Ecología como ciencia. Una discusión necesaria para la enseñanza


MAPA






RESUMEN
La relación de los seres vivos y su ecosistema (uno de los enfoques ecológicos) plantea paradigmas sobre cómo se define el término “Ecología” (acuñado por Ernest Haeckel). Algunos, consideran esta ciencia como prescriptiva y predictiva, pues ha servido como herramienta para la solución de problemas medioambientales, así como su conservación y restauración. Otros, como Likens, proponen una concepción más pluralista, puesto que relaciona la interacción de los organismos y su distribución.
En materia conceptual, la ecología trabaja en la construcción de modelos interpretativos sobre el campo de la Biología, así como su interpretación en materia terminológica (alfabetización científica).
La ecología, a su vez, desarrolla actitudes sobre la conservación del entorno natural y provee el fundamento para otros campos del conocimiento biológico, trabajando no sólo en el papel informativo.
Finalmente, se debe especificar que al hablar de ecología, no se refiere directamente al movimiento ecológico social (llamado comúnmente como “ambientalismo”), pues ésta es una forma de pensamiento relacionado al entorno natural (derivado del estudio ecológico). Se concluye, entonces, que la EA (Educación Ambiental) ha provisto de los contenidos necesarios para reforzar a la Ecología como ciencia.

JUICIO CRÍTICO
La enseñanza en materia de conciencia ecológica (apoyada explícitamente por esta ciencia) se hace más que necesaria por la enorme importancia económica, social e incluso moral de los individuos en la actualidad. Se debe discutir sobre lo que no puede dejar de enseñarse y tenerse en cuenta para hacerlo, combinando modelos didácticos (y dicho sea de paso, efectivos) que delimiten el campo de estudio y de acción. De esta manera, podremos tener un enfoque actualizado de lo que ecología se refiere, además de interactuar con la problemática medioambiental de los últimos años.
Muchas veces, cuando se estudian contenidos ambientales en materias como Biología, Ecología o Ciencias Naturales, incluso bajo un enfoque ambiental, no suelen trabajarse conceptos, principios y procedimientos ecológicos. No se alcanza el grado de concientización adecuado que sí se esperaría si se profundizara, no sólo conceptual, sino semántica, entendida como el nivel de captación  acerca de la relación medio ambiente – organismos vivos y su posterior aplicación en la realidad, tanto en su problemática como en la prevención de problemas futuros.

FUNDAMENTACIÓN
La Educación Ambiental y la Ecología como ciencia. Una discusión necesaria para la enseñanza
La Ecología como ciencia: una conceptualización necesaria
La palabra “ecología”, fue utilizada por primera vez por Ernest Haeckel Wen (1869) para describir el estudio científico de las interacciones entre los organismos y su medio ambiente.
La Ecología se ha debatido entre varias líneas de pensamiento o paradigmas (Picket et al., 1994). Una, que podemos asociar a los planteamientos de la demografía (Terradas, 2001). Otra con claro enfoque hacia las relaciones funcionales que se dan ente los seres vivos, y en un intento de abordar tanto las comunidades como los ecosistemas.
Begon et al. (1988) menciona que esta ciencia adopta metodologías y construcciones teóricas particulares de acuerdo al nivel de organización que se trate.
La rama más joven de la ecología, es la ecología del paisaje. Sus orígenes se remontan al siglo XX, donde se desarrollan métodos y teorías propios. Esta disciplina se ocupa de las interrelaciones entre la sociedad y los paisajes abiertos –naturales y rurales- y construidos –urbanos. Sirve de herramienta para la solución de problemas de planeamiento, manejo, conservación y restauración (Matteucci, 1994), por lo que resulta una ciencia prescriptiva y predictiva (Naveh y Lieberman, 1994).
Likens (1992) propone adoptar una concepción más pluralista y abarcadora, entendiendo a la ecología como el estudio científico de los procesos que influyen en la distribución y abundancia de los organismos, las interacciones entre ellos y las interacciones entre los organismos y la transformación y los flujos de la materia y de la energía.
Como ciencia empírica, la ecología debe lidiar con el carácter provisional de sus hipótesis en el ámbito tanto educativo como científico (Gonzáles del Solar y Marone, 2001).
Terradas (2001) y Pisanty (2003) recuentan, de algún modo, cuáles son las ideas dominantes en el presente sobre las comunidades y ecosistemas, teniendo en cuenta cuáles son los constructos que van perdiendo sustento epistemológico.
Varios comités de ecólogos (Ecological Society of America, 1996; National Research Council, 1986), en un intento de resaltar los conceptos disciplinares más relevantes, han elaborado listas de las características de los sistemas ecológicos que son particularmente importantes para tener en cuenta cuando se trata de entender y mitigar sus respuestas a las perturbaciones. Estas especificaciones son las que los administradores y ciudadanos deberían conocer para realizar fundamentadas recomendaciones en cuestiones de manejo.
Actualmente el concepto de biodiversidad es lo suficientemente abarcador como para incluir todos los niveles de organización biológica. La definición más difundida es la incluida en la Convención sobre la Diversidad Biológica, según la cual es “la variabilidad de organismos vivos de cualquier fuente, incluidos, entre otros, los ecosistemas terrestres y marinos y otros ecosistemas acuáticos y los complejos ecológicos de los que forman parte; comprende la diversidad dentro de cada especie, entre las especies y de los ecosistemas”
La Ecología en el currículum formal
De acuerdo con el enfoque de alfabetización científico-biológico, que ha de ser el predominante en la educación escolar obligatoria, son prioritarios los objetivos de enseñanza (desarrollo de capacidades e instrumentos cognitivos, afectivos, necesarios para que el alumno comprenda y de ese modo actuar ante las problemáticas socio-ambientales).
En los aprendizajes conceptuales, existe la necesidad de la construcción de modelos interpretativos sobre los principales campos conceptuales de la biología.
En los aprendizajes procedimentales, se destaca la importancia en la alfabetización  científico biológica (comunicación y toma de decisiones personales y colectivas; interacción cognitiva de la persona con la naturaleza; elaboración y transformación de la información y formulación de problemas, etc.).
En cuanto a las actitudes, se fomenta una aproximación sucesiva a las actitudes científicas y específicamente, interés por la conservación del entorno natural, los ecosistemas y la biodiversidad; solidaridad con los demás seres vivos y protección de otra formas de vida.
McComas (2002) afirma que en las últimas cuatro décadas, la Ecología ha encontrado su lugar en el currículum de las ciencias de la vida entre otros más nuevos campos científicos como la Biología Molecular. Sostiene que la Ecología permite a los estudiantes aplicar y sintetizar mucho más que otras disciplinas de la Biología y, en este sentido, se asemeja a la evolución debido a que no sólo informa sino que a la vez provee el fundamento para otros campos del conocimiento biológico.
El enfoque ambiental y el papel que desempeña la Ecología.
Cuando se habla de Ecología, se utilizan do significados del término: como movimiento social (ecologismo), o como disciplina biológica (la ecología ciencia). Acot (1990) distingue entre “ecología” como conocimiento ecológico y el “saber ecológico social” como conocimiento  ecológico presente en el conocimiento cotidiano y en las prácticas sociales.
Elchier y Faundes (2004) agregan que el movimiento ecológico social, denominado “ambientalismo” es considerado como el conjunto de cualidades y comportamientos característicos de una doctrina o de una escuela de pensamiento acerca de temas relacionados con el medio ambiente natural. Pero que, sin embargo este movimiento no siempre tuvo presentes los conocimientos científicos.
En este contexto, la Educacion Ambiental (EA) está vista como una concienciación ambiental creciente entre las poblaciones humanas como fuente de conocimiento, valores, actitudes y capacidades necesarias para proteger el ambiente.
Como señalan Giordan y Souchon (1991), el enfoque ambiental tiene como objetivo formar una población mundial consciente y preocupada por el ambiente y sus problemas, que posea conocimientos, competencias y motivaciones que le permitan trabajar individual y colectivamente en resolver problemas actuales y evitar que se planteen otros nuevos.
Las estrategias para definir los contenidos de la EA han sido variadas y, particularmente muy disputadas cuando se han abordado en el marco del currículo de la educación formal.
Desde los inicios de la EA  hay un debate abierto acerca de si las ciencias constituyen el vehículo más adecuado para introducirla. Esto se debe al fuerte componente científico que puede tener el tratamiento de temas medioambientales en la escuela. Aunque esto no debe llevar a penar que la EA sólo tiene relación con las ciencias naturales, no cabe duda de que éstas, acordando con lo señalado por Greenall Cough (1992), pueden desempeñar un papel más que privilegiado de ellas.
La experiencia indica que la ecología sistemáticamente ha llenado los supuestos contenidos de la EA y es incuestionable en la construcción de los mismos. Foladori señala que esta ciencia ha alcanzado una posición hegemónica al aportar, al menos, elementos de importancia como el pensamiento de términos de “ciclo de vida”, donde se reconocen los flujos e interrelaciones de materia y energía entre todos los factores de un ecosistema, y el tratamiento con elementos y relaciones que pueden ser cuantificables por procesos físicos y químicos.
Las concepciones alternativas de temáticas ecológicas
La escuela tradicional presenta muchas veces las nociones ecológicas como un conjunto e dogmas cuando los alumnos estudian el ecosistema o las relaciones ecológicas como conceptos cerrados, estáticos, con una única formulación posible.
Sin embargo, la enseñanza de la Ecología es significativamente más amplia, por lo que nuevas líneas de investigación están comenzando a señalar la importancia de generar una comprensión profunda de otros conceptos, procedimientos y actitudes que relacionen la ciencia, la tecnología y la sociedad.
Algunas dificultades para el aprendizaje de temáticas ecológicas que hemos recopilado de la bibliografía existente y que hemos encontrado en estudios previos. Las mismas refieren temáticas estructurantes como son las nociones de sistema, cambio, organización y diversidad; particularmente los conceptos de ecosistemas, estabilidad y red trófica, perturbación, contaminación y diversidad biológica.
Conviene destacar que la biodiversidad resulta de especial interés ya que se ha convertido en un vehículo para unir aspectos biológicos con los socioculturales. Sin embargo, existen numerosos impedimentos para que adquiera significado para los estudiantes.
La simplificación conceptual, la escasa profundidad en el tratamiento de este contenido, la falta de actualización, y su presencia en los medios masivos de comunicación han determinado que se asocie la biodiversidad sólo con la diversidad de especies, sin considerar los distintos niveles de organización, para lo que es válido este concepto.
Bright y Stinchfield (2005), concluyeron que, como las definiciones técnicas y científicas pueden variar, se generen confusiones entre la comunidad científica, los administradores y el ciudadano.
Discusión
La Ecología otorga a los problemas ambientales un ámbito de validez científica, y que ofrece conocimientos y metodologías eruditas para su descripción, solución, predicción y control. Es por ello que en la EA deberían abordarse problemáticas con una aproximación ecológica, al menos en espacios curriculares como Biología, Ecología, o Problemática Ambiental,  lo que no necesariamente excluye su tratamiento desde otras ciencias.
La Ecología aporta elementos fundamentales al debate social como una visión biocéntrica que ayuda a superar el antropocentrismo tan extendido en nuestra cultura (García, 2002), no basta con reconocer, por ejemplo, la existencia del problema del efecto invernadero y entender las causas sociales de lo que sucede; pues hay que entender también los procesos ecológicos subyacentes.
Por ello es necesario que las personas no sólo posean “conciencia ecológica” sino también “conocimiento ecológico”. Sólo de esa forma se logrará generar el cambio.

CONCLUSIONES
-          La ecología, entendida por dos líneas de pensamiento, puede referirse a la demografía o a la relación del ser vivo y su ecosistema. Vemos que ambos enfoques desarrollan una concepción más profunda de la ecología (más semántica y a la vez conceptual).
-          La conservación del entorno natural es, en esencia, la naturaleza de las actitudes de la ecología, que desarrolla y provee el fundamento necesario para los campos del conocimiento de la Biología y ciencias afines.
-          Se distinguen dos significados del término ecología. El primer término, referido             al conocimiento ecológico (conceptual, semántico, etc.) y el segundo, al “saber ecológico”, originado por la interacción de la sociedad y el conocimiento ecológico.
-          De lo anterior, se origina el movimiento “ambientalista” y su forma de pensamiento relacionado al ambiente natural, su cuidado, protección y a la prevención de amenazas contra la integridad medioambiental.
-          La “biodiversidad” es un concepto que une los aspectos biológicos (saberes, ciencia) y los socioculturales. Involucra la relación ciencia-tecnología-sociedad en un vínculo indivisible para su desarrollo.

REFERECIAS

ANEXOS 
ANEXO 1
La ecología es muchas veces confundida con la forma de pensamiento que indica que “el desarrollo de una nación involucra el cuidado y protección del medio ambiente, dando lugar al llamado desarrollo sostenible”.


ANEXO 2
Aunque suene descabellado, la propuesta del movimiento “ambientalista” sobre la destrucción de los medios naturales no está lejos de la realidad, sobre todo si analizamos los acontecimientos de los últimos 10 años.


ANEXO 3
La ecología debe servir como herramienta para la aplicación de políticas y programas para la conservación de la naturaleza. Para ello, es necesario implementar la Educación Ambiental.


ANEXO 4
Se deben sentar las bases necesarias para el desarrollo de la Ecología, en pro del “pensamiento ambientalista”.

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